viernes, 24 de julio de 2009

Michael Jackson y la naturaleza humana



Por José Carlos Esquer

Una de las piezas más sublimes que interpretó Michael Jackson es sin duda Human Nature y aunque es de las pocas composiciones exitosas que no son de su autoría, las versiones (ambas instrumentales) que hicieron tanto el gran trompetista Miles Davis en su disco You’re under arrest, (1985) como la que se aventó el guitarrista John Mayer en el funeral homenaje días después de su muerte, son un derroche de sensibilidad, gracia y sobre todo una verdadera distinción musical para el hombre que, como se ha dicho, fue el último gran vendedor de acetatos y el primer gran vendedor de discos compactos.


La obra es una composición de John Bettis y de Steve Porcaro (Toto, Jefferson Starship, Yes, entre otros) y viene en Thriller (1982). Era de esperarse que una figura musical como Michael Jackson, tuviera una cobertura de su muerte igual o más mediática que su vida misma. Hoy las aguas han retomado su nivel y después de la sobredosis de Michael Jackson en la tele, la radio, los periódicos y el internet, ahora viene el segundo capítulo de la novela que constituyen: los mitotes, las averiguaciones policiacas sobre su deceso y seguramente, el pleito entre sus familiares y empleados por la herencia y los negocios. Sólo el tiempo nos llevará a observar al llamado rey del pop con sus cualidades y sus defectos.




Es difícil abstraerse de todo lo que rodea a una superestrella de ese nivel, creo que sólo unos cuantos han alcanzado las alturas de popularidad del menor de los hermanos Jackson, más complicado se torna el asunto, si tratamos de enfocarnos al asunto estrictamente musical.

Se puede decir lo que ya se ha dicho, que era muy buen intérprete, mejor showman y excelente bailarín, pero creo que pocos han reparado en su estupenda capacidad como cantante, según sus consultores vocales, el rango de su voz era de 4 octavas, su porte expresivo, el control absoluto de su timbre y la entonación, hicieron que hasta Frank Sinatra se desviviera en elogios.




Hay otros renglones importantes: Su poco mencionada faceta como compositor, su brillante labor de arreglista, la diversidad de terrenos musicales que supo pisar y salir bien librado.

El Michael Jackson superestrella y envuelto en escándalos, se encargó de opacar su propia ocupación como creador de música. Se ha escrito sobre el Michael Jackson antes y después de su relación con Quincy Jones, este genio musical que desde su juventud trabajaba con Lionel Hampton y posteriormente con Miles Davis, Charlie Parker, Ray Charles, Tony Bennett, Sarah Vaughan, Thelonius Monk y Frank Sinatra, entre otras grandes figuras del jazz y la música popular norteamericana, inicia su relación con Jackson en 1979, con él trabaja en los tres discos más importantes Off the wall (1979) Thriller ( 1982) y Bad (1987).




Sin duda alguna, esta trilogía de grabaciones de Jackson es el tronco de su producción y los más significativos, no sólo por las altas ventas, Thriller ha vendido hasta la fecha más de 105 millones de copias, siendo el álbum más vendido en la historia de la música, sino que en estas realizaciones se encuentra la mayor cantidad de canciones importantes de su vena como creador.

Existirá siempre la duda de qué hubiera sido de obras como Bad, Smooth Criminal, Billy Jean, Beat it, Don`t Stop Till You Get Enough, Rock With You, Man in The Mirrior o la citada Human Nature, sin el toque, los arreglos y sapiencia musical de Quincy Jones, porque cuando Jackson deja de trabajar con él en 1990, aunque la música posee calidad y capacidad rítmica, se pierde la melodía, menos soul, más rock, menos blues, más tecnología, menos trompetas y más samplers, la armonía da paso a un alarde de efectos sonoros y si bien Black or White, Heal The World o Whatever Happens con Carlos Santana, son canciones buenas, la cadencia se ha ido, al más allá.

Y como dice la canción de la que hablábamos al principio de estas líneas: Si ellos dicen; ¿por qué? ¿Por qué? Díganles que es la naturaleza humana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario