Por Laura Durán
Hijos de la música clásica y amantes del arrabal, toman mate, tocan tango y añoran las milongas. ¿Visionarios, aventureros o músicos del desarraigo? Cuatro para Tango es un sonido contemporáneo, original, diverso, que ha superado las expectativas y el control de sus propios creadores.
Tango con sabor a Tijuana es lo que ofrece el clarinete de Emiliano López Guadarrama, la guitarra acústica de Jorge López Ramos y la flauta de Leopoldo González, aderezados con el contrabajo del argentino Andrés Martín.
Juntos forman un cuarteto tijuanense con influencias de rock, jazz, flamenco y música clásica que a cinco años de trabajo acrecienta numerosos admiradores en Baja California, San Diego, Los Ángeles, Guadalajara y Argentina, tras pisar más de 60 recintos, en conciertos públicos o privados.
Lo que comenzó como una reunión de músicos de conservatorio enamorados del tango, sin más pretensiones que las de tener un rinconcito creativo y un proyecto de reto personal, a la vuelta de unos años se ha convertido en proyecto de talla internacional.
Tango Íntimo, su segundo CD, presentado apenas el pasado 22 de mayo, es la muestra de este logro: fue grabado en Argentina con la colaboración de luminarias internacionales en el género, como Rodolfo Medero y César Olguín.
“He visto compañeros que al integrarse a una orquesta y tomarlo como trabajo han perdido el interés por la música, van a trabajar porque necesitan vivir, porque hay que pagar la renta.
“Entonces, la manera de hacer nuestra propia magia fue juntarnos, hacer la música que nos gusta y tomar decisiones de lo que queremos, porque en nuestros trabajos no se puede”, comenta Leopoldo González flautista con 20 años de experiencia que también gusta del sonido vernáculo y el sombrero vaquero.
Vienen de Saltillo, Veracruz, Toluca y Argentina pero no importa, Cuatro para Tango es de Tijuana, dicen ellos, porque en esta ciudad de migración, violencia, encuentros y desarraigo el estilo de su tango cobró vida.
“Siento que había un predestino para juntarnos en calidad de migrantes. La idea del tango no sería tan atractiva si estuviéramos en otra cuidad pero nos encontramos en la misma licuadora: Tijuana, lugar de encuentro, lugar de migrantes que venimos tratando de arraigarnos.
“El tango es música de emigrantes europeos que llegaron a lugares paupérrimos. Buenos Aires seguramente fue algo muy parecido a Tijuana, la migración hizo nacer el Tango. Viéndolo así no estamos tan alejados de Argentina, sí en mapa y precios, no en la idea de estar siempre al Sur de algo.
“Por eso el tango es un vaso comunicante, nosotros también somos músicos en frontera…Nos sentimos más parte de Tijuana con este grupo que con otras alternativas musicales”, agrega Emiliano López Guadarrama, el de espíritu generoso y enérgico que funciona como el motor del grupo.
El tango tiene melancolía y risa, puede ir al escenario clásico o al arrabal. Por eso no les da miedo ser tangueros y vivir en Tijuana, tienen su arrabal y sus lugares ceremoniosos. Nos escucha la élite, el pueblo y la clase media y cada uno encuentra algo en nuestra música.
Integrantes todos de la Orquesta de Baja California, a la que llaman su ‘bendito trabajo’, son por gusto y formación perfeccionistas del sonido.
Cada pieza es producto de exhaustiva investigación y ensayo. La satisfacción no está sólo en tocar sino en conocer el origen del sonido para luego tomar la libre decisión de crear.
A decir de Andrés Martín, contrabajista, arreglista y compositor del grupo, cuya personalidad contemplativa y tranquila es el timón del cuarteto, el tango nació del arrabal, pero siguió evolucionando al integrar artistas con formación de conservatorio.
“Hoy en día es uno de los pocos géneros que si bien sigue siendo popular, demanda muy alto nivel académico.
“Eso nos permite utilizar todos los conocimientos y todo el esfuerzo que hemos puesto en desarrollarnos técnicamente como instrumentistas. Hay temas de tres minutos que son más difíciles que la temporada completa que tocamos con la Orquesta, o los conciertos que ofrecemos como solistas.
“Es un desafío muy gratificante, aquí podemos hacer uso de toda nuestra experiencia. Cuatro para Tango surge de la necesidad de crear, de crecer, de expresar. Cada uno tiene algo que decir, comentó Jorge López, el de la voz pausada, el buen escucha, el del estilo flamenco en la guitarra.
A veces el artista tiene la necesidad de crear un mundo diferente porque el de afuera no siempre es tan bueno… Además, su estilo ha acercado a muchos jóvenes que veían al tango como música de viejos.
- ¿Quieren vivir de esto?
- Leopoldo: “Si diera para vivir cómodamente yo no podría dejar de estar en la Orquesta. La manera en que ejecuto el tango es por la exigencia de mis otros trabajos. Esto es el postre pero no podemos vivir de puros chocolates y no es por avaricia… es por tener otro santuario de audiencia…Tal vez mi ego se haría tan grande que se colapsaría”.
- Andrés: “Nos encantaría no preocuparnos por la renta, poder comprar mejores instrumentos, nuestra música sonaría mejor. Pero si esto fuera mi trabajo, de seguro me buscaría otro proyecto para seguir viviendo, para que crear no se convierta en una rutina. Tal como está es una pasión, una búsqueda”.
- Emiliano: “La vida no es sólo corretear la chuleta o amargarse por las cosas funestas del destino. Cuatro para Tango es nuestro antídoto contra las cosas que te hacen dudar que Tijuana es el mejor lugar para ser feliz. Esta es nuestra forma de decir: Vivimos en una ciudad problemática y pasamos por cosas difíciles, pero la obligación de cada uno es procurarnos la manera de ser felices”.
Así, con la sencillez de una ronda infantil, el virtuosismo que necesitan las piezas clásicas y la sensualidad de los bailes pegaditos, el cuarteto no sucumbe al diablillo del ego, la fama y el dinero. Cuatro para Tango es un momento feliz, consecuencia de un anhelo, grito de pasión, proyecto de vida, espacio libre para crear… es el postre de chocolate. Si graban discos y los venden es para seguir compartiendo este tesoro que los hace crecer, no para buscar ‘el chivo’ y tener billetes, para eso están sus benditos trabajos porque esta música, dicen, no tiene precio.
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