martes, 1 de septiembre de 2009

"Yo siempre tiro a la cabeza": Julián Leyzaola


Por Ana Cecilia Ramírez
aramirez@infobaja.info

¿De dónde es usted?
Yo soy de Culiacán, Sinaloa.

¿Hace cuánto se vino a Tijuana?
A vivir acá, desde que fui director de Seguridad Pública, hace como un año 8 meses. ¿Antes de aquí dónde vivía?En todo el sexenio anterior estuve trabajando en el Gobierno del Estado, fui el primer director de la Academia Estatal de Policía, de ahí me cambiaron al Cereso del Hongo, también fui el primer director del Cereso del Hongo, luego me fui de director general de Centros del Estado, de ahí me fui de director de la Policía Estatal.

¿De chico siempre quiso ser policía?
No, no. Yo quería mandar gente, pero no sabía dónde. Es que soy hijo de militar, mi papá fue militar, mi abuelo fue militar, general de división, y crecí siempre en los cuarteles, entonces, se acostumbra uno, y como mi papá mandaba, pues me acostumbré a mandar. ¿Su educación fue estricta al tener un papá militar?Sí, los militares son muy pegados a la disciplina y a la normatividad, desde luego no pueden separar el trabajo de la familia, de hecho las familias viven dentro del propio cuartel, entonces la familia y el trabajo se vuelve uno solo y las actitudes y el trabajo en sí pues es lo mismo. Nosotros jugábamos en los campos de adiestramiento, jugábamos futbol en la cancha de futbol del batallón, del regimiento y así crecí ahí.

¿A qué edad entró oficialmente al Ejército?
Yo entré a los 16 años, entré como soldado, no entré directamente al Colegio Militar, entré como soldado de infantería en el 60 Batallón de Mexicali, y ahí estuve aproximadamente un año, de ahí me fui al Colegio Militar en México, cuatro años de preparación ahí, salí como subteniente y de ahí siguen otras formaciones más especializadas, ya siendo capitán me fui a la Escuela Superior de Guerra y ya salí como licenciado en administración militar y diplomado Estado Mayor.

¿Es difícil toda esa formación?
Sí, es bastante difícil, el Colegio Militar es un área dura, se necesita vocación para continuar ahí, el primer año es muy pesado, porque es la transición de la vida civil a la vida militar, aún cuando yo ya tenía conocimiento de lo que era la vida militar, pero la veía yo, ahora sí que veía los toros desde la barrera y ya desde adentro es un poco más difícil, más que cuando siendo mi papá militar no opera igual que el medio civil, que cuando uno es hijo o familiar de un funcionario pues las cosas se facilitan, aquí es al revés, aquí tal parece que uno va luchando contra la sombra del que está arriba de uno, aquí yo tuve que luchar contra el nombre de mi papá y de mi abuelo, en el medio militar hay que demostrar que uno puede, y que uno es merecedor de ser hijo de tal persona, no es al revés, no como acá que dicen tú eres hijo de tal, y ya las cosas son un poco más tranquilas.

¿Extraña algo de esa época?
No creo, es difícil extrañar, yo creo que sólo los masoquistas extrañan eso. Tal vez extrañaría… el Colegio Militar está lleno de misticismo, de ideología, de doctrina, cuatro años de que le están diciendo a uno que hay que servir a México, de estar martillando en la cabeza que lo que uno hace le pega directamente al país, el nacionalismo, los símbolos patrios, la pertenencia, la identidad de un país y son cuatro años, al grado que uno se lo cree que de veras está predestinado a cambiar un país, tanto así que después de más de 30 años de ser militar lo sigo creyendo, es buena la preparación que le dan a uno ahí.

En esta paso que estuvo de director de la Policía Municipal a Secretario, ¿qué ha sido lo más difícil?
Yo creo que la parte administrativa, es parte de la función, yo no le veo dificultad a este trabajo, desde que entré yo como director de Policía y Tránsito el objetivo está trazado, de hecho lo único que hice fue trasladar la oficina de allá abajo a acá arriba, porque el trabajo es el mismo, ahora tengo un apoyo adicional que es del Director, el capitán Huerta, que ahora los dos nos combinamos el trabajo, lo dividimos, allá firmaba documentos, aquí también, allá trataba con funcionarios, aquí los sigo tratando, no hay gran diferencia realmente. Lo único aquí favorable es que aquí me permiten participar en la elaboración del presupuesto para establecer las prioridades que tiene la corporación, aquí ya hablamos de infraestructura, equipamiento adecuado, de acuerdo a las necesidades que tiene la corporación y eso no lo podía yo definir antes.

Como secretario de Seguridad Pública, ¿qué compromisos siente con los tijuanenses?
Yo creo que con los tijuanenses no, es desde que soy secretario, con los tijuanenses yo tenía un compromiso desde hace mucho tiempo atrás, desde que inicié en la Academia Estatal, yo preparé a 70 policías de Tijuana, en la primera generación de la Policía Estatal, tratando de darles una ideología, un sistema de trabajo, una mística de trabajo. Al principio aparentemente desapareció El Pueblito, y yo era director del Cereso del Hongo y toda la cochinada me la mandaron al Hongo, yo tuve que trabajar con la gente que me mandaron de Tijuana al Hongo, y luego me hacen director general y me toca atender directamente Tijuana, yo creo que ahí el verdadero cambio vino después, porque no es lo mismo destruir las barracas que cambiar el sistema, y se trabajó en el sistema, se cambió el tipo de la disciplina dentro de los Ceresos, se trabajó para que todos los internos de los Ceresos anduvieron uniformados, antes cada quien se vestía como quería, así se encontraba indigentes dentro del Cereso, como gente que andaba con esclavas de oro, torzales que parecían placas antirrábicas, con sombreros texanos, ropa fina, calzado de pieles exóticas, así se encontraban dentro del Cereso, eran los famosos “maizerones”, así estaba el sistema penitenciario cuando yo llegué ahí, y en Tijuana pues era la sede, entonces tuve que pelear contra toda esa gente, meterlos al orden, y fue difícil quitarles toda esa ropa, y todo ese montón de “colguijes” que se ponían y al final los uniformamos, contra derechos humanos, Montoya Obeso, Alicia Aguilar, todos ellos, pero al final se pudo meter al orden a Tijuana y se empezó con una tarea de reformar el sistema penitenciario, sirvió de algo, desde entonces ya atendía yo a Tijuana. Y luego entro a la Policía Estatal y la verdad que la Policía Estatal estaba casi toda en Tijuana, siempre estuve trabajando en Tijuana, en aquel tiempo en la Policía Estatal me tocó en aproximadamente un año y 8 meses de trabajo detener como a 160 personas que pertenecían a la delincuencia organizada, eso nos pegó fuerte, porque la Policía Estatal era la policía más agredida por la delincuencia. Me trataron de matar a los policías estatales, levantaron a unos por la Zona Río y me los mataron terriblemente, los torturaron, porque eran esas épocas donde en Tijuana andaban los convoy y se movían con toda libertad, con las armas abiertamente enseñándolas, no había una consecuencia a las acciones, de hecho no había corporaciones que se opusieran, mataban gente en la Zona Río, a plena luz del día, los convoy se veían por la Vía Rápida, por cualquier lado, y nadie les hacía frente, nadie. Entonces, la Policía Estatal fue la primera corporación que inició un combate directo a la delincuencia, porque yo entendí que se tenía que atender, y desde entonces me di cuenta que la problemática delincuencial de Baja California reside en Tijuana. Si queríamos de alguna manera solucionar este asunto, teníamos que acabar primero con el problema delictivo en Tijuana, y luego al Estado, pero primero habría que atenderlo aquí.Tijuana acumula el 52% de los delitos del Estado, entonces definitivamente aquí es donde está el problema, entonces hay que atenderlo, cómo, primero con la Policía Estatal, ahora con la Policía Municipal, que realmente la Policía Municipal es una corporación que ya se identifica, que ya tiene un fin, andaba confusa, extraviada, con gente infiltrada al interior, con corrupción en todos los niveles, entonces había que hacer una limpieza profunda. Por eso, nos venimos a Tijuana, a aceptar al reto, y parece que ahí la llevamos.



¿Qué sintió de entrar a una corporación donde usted sabía de antemano que había gente involucrada con el crimen organizado? ¿Es cierto que usted de frente les dijo a los policías que quién estaba involucrado?
Sí, les dije que yo sabía cuánta gente y a algunos los tenía ubicados, de hecho a los primeros… hay un punto aquí que le llamamos el “punto palma”, si no pregúntale ahí a los policías, se llenó de policías ahí, ¿cuál era la situación? Que a todo aquel que fanfarroneaba, porque en aquel tiempo era símbolo de prestigio, de estatus, el pertenecer a la delincuencia organizada, dentro de la policía, se sentían orgullosos, “yo trabajo para la maña” decían ellos, para “la metro” decían otros, y les gritaban a los jefes de distrito, iban y los cacheteaban, agentes pues. Entonces cuando llegamos yo los empecé a detectar, y todos esos que sabía yo que estaban metidos, por el trabajo de inteligencia que se hacía desde antes y que yo ya traía información desde la Policía Estatal, pues ya sabía quiénes eran, entonces los empecé a agarrar y los empecé a traer para acá, y los empecé a poner en el famoso “punto palma”, aquí afuera de la Dirección General, hay una palmita ahí y por eso le llaman el “punto palma”. ¿Y qué hacen ahí?Nada, como iguanas asoleándose. Los metí un día a mi oficina y les dije, ¿saben por qué los tengo ahí? Los tengo porque mira, Gamaliel, ya sé quién eres tú, Téllez ya sé quién eres tú, Valle Rangel, o sea puro exponente de lo “mejorcito” que teníamos aquí nosotros, ya les dije a todos te conozco a ti, a ti, a ti, y tú sabes que yo sé, no te puedo consignar porque no tengo toda la información para hacerlo, pero te tengo allá afuera, porque en ese tiempo yo tenía amenazas de que iban a venir a balacear la dirección, le dije te tengo ahí afuera para que cuando vengan a balacear la dirección primero te maten a ti, por eso. Entonces les iniciamos procesos de remoción, otros vieron que no iban a poder regresar a cumplir con los compromisos que tenían con la delincuencia, entonces algunos renunciaron, se fueron, otros se dedicaron a la “malandrinada” directamente, y se empezaron a generar enfrentamientos con la policía, desde aquel tiempo, fue cuando hubo muertos, empezamos a enfrentarnos con ellos, y así empezamos un trabajo de depuración, a empezar a echar para afuera toda esa gente. Al principio era fácil detectar a los que estaban metidos con la delincuencia porque eran muy fanfarrones, después como que se dieron cuenta de eso y fueron cambiando sus actitudes, se empezaron a volver cumplidos, puntuales, disciplinados, y se me empezó a dificultar un poquito ubicarlos, pero empecé yo a generar mis redes de información, en cada distrito empecé a tener gente que me informaba a mí directamente, entonces cuando pasaba algo, sonaba mi teléfono mi Nextel, jefe en este momento está pasando esto, y me iba directamente y me lo traía para acá. Los empecé a hacer que se sintieran inseguros, que ya no había lugar donde pudieran ellos actuar sin que yo me diera cuenta y empecé a limpiar y a limpiar, es así como vino la primera gran “limpia” en noviembre el año pasado, cuando, de qué servía que estuviéramos tumbando malandrines si los malandrines principales los tenía a un lado. Fue cuando vino la primera limpia con el apoyo del Ejército y de la PGR, se llevaron a los subdirectores, comandantes, jefes de distrito, subjefes.

¿Por qué a ellos los tenía tan cerca?
Porque ellos ya eran mandos cuando yo llegué, entonces yo tengo un sistema de trabajo, yo tengo que trabajar con lo que hay, desde luego que lo óptimo es que yo llegara y quiera todos los mandos, toda la policía, y trajera policía nueva, capacitada conforme a mis formas, pero realmente no se puede, hay que entenderlo, no es posible, entonces pues yo tengo que trabajar con lo que hay, y tengo la obligación de creer en lo que tengo, porque yo no puedo vivir con la desconfianza de todo mundo, y todos tienen mi confianza hasta que la pierden. Con información de detenidos que teníamos fuimos integrando averiguaciones, porque no era conveniente a gente de nivel subdirección nada más correrlos, esos había que consignarlos, era el mensaje que tenía que mandarse a la policía y fue como se integró y allá están todavía en un proceso, yo no digo que sean culpables o que no sean, yo por eso se los pongo a las autoridad competente, esto es lo que sé de ellos investígalos. Así fue en noviembre, a finales de marzo principios de abril viene la segunda gran remesa que se llevaron casi a todos los jefes de distrito, porque estaban acostumbrados todos ellos a ya me nombraron jefe de distrito ya la hice, y llegaban con un teléfono, jefe de distrito mira aquí tienes un teléfono y cuando suene contestas porque vamos a trabajar y necesito que muevas tus patrullas y que hagas esto, entonces no lo creían, se acaban de ir en noviembre los otros y estos que siguieron no creían que de veras era en serio todo esto. A los que se quedaron les dije señores esto va en serio, la Policía Municipal no puede estar en contubernio con los malandrines, el policía y el delincuente son como el agua y el aceite, no se pueden juntar, son como polos opuestos, se repelen, así debe ser, y acá parecía que se atraían. Es como el bien y el mal, no se pueden juntar, cuando se juntan es un híbrido el que se forma, entonces no puede ser, policía delincuente no puede existir. Y fue así como empezamos a trabajar, claro, sabíamos que la delincuencia no iba a permitirnos tan fácil romper con ese vínculo, y cómo a fuerzas querían someter al policía, y cómo intimidando, amedrentando, asesinando, entonces qué es lo que hacemos nosotros, no nos vamos a amedrentar, intimidar, si necesitamos reforzar nuestra seguridad personal lo vamos a hacer, pero vamos a seguir dando un servicio a la ciudadanía, cómo lo vamos a hacer, organizamos grupos de patrullas para moverse, para que así no me agarraran policías aislados y fue como organizamos los grupos, donde ya les estoy dando armas largas para que atiendan todos los reportes, de cualquier nivel, porque antes se hablaba por ejemplo de se vio un convoy sospechoso al parecer con gente armada, y todos reportaban enterado, y prendían las torretas y las sirenas, pero nomás daban vueltas ahí, no iban a atender, y por qué, es lógico, no es que sean cobardes, ni que sean corruptos, simplemente que son dos policías que andan en una patrulla y van a llegar a enfrentarse a un convoy con armas largas, pues, ¿a qué van? A que los maten, a eso van. Entonces necesitamos darle la certeza al policía de que tiene más posibilidad de enfrentarse, y de ser efectivo, esa es la intención, claro, nos falta todavía, tengo que comprar más armas largas, tengo que darles placas antibalas, porque ya vemos que los chalecos actuales no nos sirven, entonces ya estamos en proceso de adquisición de placas y de armas, para que cada patrulla que ande en servicio traiga por lo menos un arma larga. Y así, situaciones, sabemos el tipo de delincuencia que enfrentamos, no es una delincuencia común, rutinaria, casi en cada momento tenemos la posibilidad de tocarnos con grupos de este tipo y debemos de tener la posibilidad de enfrentarnos con posibilidades de éxito.


¿Por qué antes esto no se daba?
Digo, estos policías supongo tenían años trabajando para el crimen organizado. Porque la Policía Municipal su función es diferente, existe de acuerdo a la estructura, a la formación y a las competencias de las corporaciones, la Policía Municipal tiene otra función, es de acercamiento, de aproximación, cuando un perro está ladrando demasiado y la señora habla y quiere que vaya el policía a atender el asunto, o si está un borrachito miando por ahí cerca de la casa, y “que venga el policía” o si un carro está tapando el garage, o un vecino con la música muy alta, policía, esa es la atención del policía, o un robabolsas, asaltante. Pero sí se da cuenta la actividad es muy particular de la Policía Municipal, porque el tipo de delincuente que atiende el policía municipal no es un delincuente de alto nivel, ni tiene una capacitación, ni trae armamento de alto calibre, ni nada, si es cierto que vienen armados pero son pistolas, por eso el policía municipal su arma primaria es la pistola, porque sus enfrentamientos son de este tipo. Pero, nos dimos cuenta que no, que hubo una vinculación entre la delincuencia organizada y la delincuencia común, o sea como que la delincuencia organizada cubrió a la delincuencia común, al grado que llegaba un policía municipal a detener a un malandro de esos que cristalean los carros o de los traperos que andan lavando los vidrios, bueno, cuando llegaba el policía municipal y los detenía este mugroso decía “espérame, no me puedes detener, yo trabajo para el tres”, y a los dos minutos le estaban hablando al teléfono del policía, diciendo déjalo porque trabaja para mí. Se imagina, se imagina a qué nos estamos enfrentado, entonces llegó el momento en que el policía no podía hacer su trabajo, porque toda la situación delictiva estaba relacionada con la delincuencia organizada, entonces qué papel nos deja a nosotros. Quiere decir que si vamos a detener al malandrinillo, al robabolsas, a todos, con ellos nos estamos enfrentando a la delincuencia organizada, entonces para qué le hacemos al enmascarado, vamos a enfrentarnos al 100%, si de todos modos nos están amenazando, me están matando policías, por detener malandrinillos de esos, tecatillos, entonces me voy con los grandes, ¿no?, y le pego a todo, para qué nomás ando atendiendo a esos mugrosos, a estos a coscorrones los disciplino, pero a aquellos no, a aquellos sí tengo que enfrentarme con ellos, por eso la gran diferencia. Yo creo que los anteriores titulares no entendieron esa situación, o si la entendieron se hicieron los omisos, me hago que no me doy cuenta y no pasa nada. Espero que haya sido por miedo o por desconocimiento, que no justifica la función, para nada, debieron de haberlo atendido, para eso les pagaban, y venir aquí a pasearse, a aprovecharse del cargo para escalar dentro de las jerarquías de funcionario, eso es corrupción.

¿Qué siente cuando ha recibido amenazas, porque ha recibido amenazas, no?
Sí, desde el 1 de diciembre. Yo soy profesional, yo sé que esto es así, qué es lo que hago cuando me dicen que de mañana no paso, que ahora sí me toca, pues yo aplico lo que dice el manual. El manual dice que yo tengo que aplicar medidas activas y medidas pasivas de seguridad. Medidas pasivas son que no me va a ver a mí en un bar, jamás, no me va a ver a mí caminando solo por la calle, jamás, no me va a ver en actividades licenciosas, tengo una vida privada muy privada, nadie la conoce, traigo escoltas, cambio mis horarios, cambio mis rutas, esas son medidas pasivas. Y medidas activas, traigo armamento, mis escoltas saben tirar, son buenos para tirar, traigo la cantidad suficiente para tener un enfrentamiento con posibilidades de éxito, yo sé tirar, no soy el clásico funcionario al que hay que sacar de la zona de fuego y protegerlo a como dé lugar, o el clásico en el que el guardaespaldas se le pone encima para protegerlo, yo le digo a mis oficiales protéjanse ustedes que protegiéndose nos protegemos todos, es más fácil que cada quien se agarre uno de los que están tirando a que todos quieran cubrir al que me tira a mí, yo también me sé defender, yo sé tirar y tiro muy bien, yo siempre tiro a la cabeza, si no mato pues dejo loco. Traigo todo lo que yo necesito para darme seguridad, si a pesar de todo esto que yo hago para evitar una confrontación se da la confrontación no es una decisión mía, es una decisión de quien viene por mí, nada más le digo que quien venga por mí, debe venir dispuesto a quedarse muerto ahí. No dudo que a mí me toque también, pero no me voy a ir solo, téngalo por seguro. ¿Ha sentido miedo en su trabajo?Se debe de sentir, el que no siente miedo está muerto, el miedo es un mecanismo de alerta, no creo que haya nadie que diga yo no lo tengo, se debe sentir, el que no lo siente ya no está vivo.

¿Cuál es su jornada de trabajo, cuántas horas al día?
Es variable, eNegritantre 24 y 23 (ríe). Es variable, yo llego regularmente a trabajar a las 8:30, 9:00 de la mañana, no llego a la oficina, me doy una vuelta primero por lugares donde necesito saber qué está pasando, me sigo a juntas, operatividad, me salgo, reuniones fuera, regularmente a las 7, 8 de la noche me regreso a firmar lo que tengo del día para terminar como a las 10:30, 11 y luego a esa hora me voy a los distritos a ver cómo andan, ver a los oficiales, que se sientan apoyados, recorridos en las colonias difíciles, de ahí como a la 1 de la mañana si no ha ocurrido nada extraordinario, vemos la posibilidad de ir a descansar.

¿Cuántas horas duerme?
Como cuatro, cinco horas, pero el sábado me extravío. El sábado hago deporte, nos vamos a jugar frontón o basquetbol, me voy a correr unas dos, tres horas y ya desde las 7, 8 de la noche me desconecto, si es que no hay alguna actividad el sábado, y despierto el domingo como a las 2, 3 de la tarde, para prepararme para el otro día. ¿Qué opina su familia de que usted tenga este trabajo?Mal, mal, tengo hijos, tengo mi esposa. Mi esposa como yo la conocí ya siendo militar de alguna manera entiende, los que no entienden son mis hijos, mis hijos son los que me critican mucho y los que me dicen que también yo tengo obligaciones familiares, desafortunadamente yo creo que hasta que no se pueda controlar o estabilizar la situación en Tijuana no voy a poder darle esa atención. Es bastante difícil.

¿Cómo es su relación con el Procurador y con el Secretario de Seguridad Pública Estatal?
Bien, me llevo muy bien, de hecho los conocía desde antes, a Daniel de la Rosa platicaba con él, con Rommel definitivamente no, él fue cuando yo entré de director, las pláticas que tuvimos, nos hemos identificado mucho, de hecho nos reunimos, platicamos bien, yo no soy muy exigente en ese sentido, a mi me compran rápido, con una sonrisa, con una buena palabra, fácil caigo en una buena amistad, pues con Rommel hemos tenido buenas pláticas, hay una intención de ellos de apoyarnos directamente, ya no tanto nomás en la investigación de asesinatos de policías, sino de sumarse al trabajo de vigilancia con nosotros, con grupos de unidades de ellos nos apoyan patrullando y andan por ahí junto con nosotros, llegan con nosotros a los eventos, nos apoyan patrullando, bien. Con Daniel es más estrecha la relación, nos hablamos más seguido, le pido mucho apoyo a Daniel, apoyos en armamento, en cartuchos, apoyos de carácter administrativo, me apoyan en la evaluación de los jefes, de los empleados que vamos a meter aquí, hay una cantidad enorme de trabajo conjunto que hacemos, aparte la Policía Estatal nos apoya bastante en Tijuana. No le ha tocado gente que quiera “charolear” diciendo yo conozco a Leyzaola, no me multes, o algo así.Sí, si ha pasado, a los policías le dicen mira yo conozco al teniente coronel, si quieres ahorita le hablo y los policías le dicen, no le hables permíteme yo se los comunico. Aquí todos sabemos, nadie, no se vale, aquí todos hay que trabajar derecho, entonces el que anda “charoleando” le va peor, si ya cometió un error que apechugue y ya, lo que sigue.


¿Qué sintió cuando detuvo a “La Perra”?
Nada, es un malandrín más, mugroso.

¿Pero fue un gran logro no?
Lo que pasa es que hay que ver como lo dimensiona cada quien, yo creo que no hemos entendido todavía que los delincuentes son una clase, es la misma casta, todos son delincuentes, todos son malandrines, grandes o pequeños, al final ellos no son grandes o pequeños, nosotros los hacemos grandes o pequeños, cuando hablamos del “Teo” y que del “Tigrillo”, “la Perra”, “el Muletas”, “el Ingeniero”, y uno va dimensionando a estas personas y lo va haciendo como personajes, los va haciendo grandes, pero ¿qué diferencia hay entre el trapero, el cristalero y “la perra”?, ¿qué diferencia hay entre el que se roba 100 pesos y el que se roba un millón?, ¿qué diferencia hay? El monto, pero los dos son delincuentes, los dos son rateros, así lo dimensiono yo. Yo no voy contra “la Perra”, ni voy contra “el Muletas”, ni contra “el Teo”, ni contra “el Ingeniero”, yo voy contra los delincuentes, si estos señores son delincuentes y se topan conmigo, desde luego que los voy a detener, yo no tengo preferencias, los delincuentes son delincuentes y hay que tratarlos como delincuentes. No sentí nada porque estaba yo frente a un delincuente, y como tal lo detuve y lo consignaron, pero así detuvo al “Hamburguesa”, al “cachorro”, al “Pokemon”, al “balas”, o sea ¿hay que sentirse orgulloso de haberlos detenido? También le puedo decir que detuve al “Pelos”, etc. Y lesionan a la sociedad en diferente nivel social, pero lesionan a la sociedad. Digamos que el “Pelos” va y le pega a las bolsas de la señora y la señora que le roban la bolsa siente lo mismo que el de la Chapultepec, es lo mismo, y no hay que darle gran estatus, el delincuente es delincuente y se acabó.

¿Cómo es su relación con los medios de comunicación?
Usted dígame. Yo creo que es buena, fíjese que hemos logrado una integración muy sui generis porque, mire, le voy a dar mi ideología de los medios. Primeramente, yo tengo una obligación con los medios locales de mantenerlos informados y trato de hacerlos lo mejor posible, toda la persona, todo el reportero que quiera una noticia directa de mí la va a tener, la única condición que yo pongo es que sea en esta oficina, a mí no me gusta dar entrevistas de pasillos, afuera yo ando trabajando, aquí atiendo. Yo creo que con los medios locales tengo obligación, pero con los medios nacionales o los internacionales yo no tengo obligación, y les daré la información cuando tenga tiempo, si no tengo tiempo no los voy a atender, esa es mi situación, creo que hemos logrado una buena interactuación. Ahora que vino este asunto de los policías malandrines, yo agradezco mucho el apoyo que me dieron total, no sabe usted cuántas denuncias recibí yo de gente que me avisaban en tal casa, fuimos a todos los lugares donde me dijeron que estaban, porque me llegaron muchas denuncias, pero fue una respuesta, se volcaron todos sobre los delincuentes, de una manera muy ética, muy profesional, convocando a la ciudadanía para cooperar con la policía, algo inusitado, fuera de lo normal, y eso la sociedad lo reconoce, yo lo reconozco, se sumaron con nosotros como los mejores, y yo creo que esa es la función de los medios. Desde luego, lo único que les pido es que sean objetivos, yo no quiero que hablen bien o mal de mí, yo quiero que sean honestos, que sean objetivos, nada más. Si yo cometo errores que lo digan bien dicho, pero que no sea nada más por golpear.

¿Regresa a Culiacán de vez en cuando?
No, yo salí de Culiacán cuando tenía 6 años, nací ahí por circunstancias, mi papá era militar y en ese tiempo mi papá estaba en el regimiento que estaba en Culiacán y ahí me tocó nacer. Pero toda mi vida la he pasado en Baja California.

¿Qué le gusta hacer cuando descansa?
Dormir. Yo soy muy familiar, me gusta mucho estar con mis hijos, con mi esposa, descansar con ellos, encerrarnos en la sala, ver una película, estar comiendo palomitas.
Tengo una hija de 24 años, un hijo de 19 y una bebé de 16. Tengo dos nietos.


¿Qué música le gusta?
De todo, creo que en todos los estilos hay buena música, desde música clásica hasta tropical. Evito la música totalmente, la música que exalte drogas, narcotráfico, definitivamente no, por ejemplo, yo no voy a Las Pulgas, jamás me pararía ahí. Se me hace que es reunión de malandrines cada fin de semana. A mí me gusta mucho el cine, las comedias, leo, leo mucho, la novela. Me leí todos los de García Márquez y de diferentes, Paulo Coelho. Desde luego hay libros obligatorios que me hicieron leer desde el Colegio Militar, la Ilíada y la Odisea, el Quijote de la Mancha, todos esos, pero los tuve que leer, pero le despiertan a uno la afición a la lectura, estoy leyendo ahorita uno de Paco Ignacio Taibo II el de Pancho Villa.

5 comentarios:

  1. Excelente entrevista y muchas felicidades al teniente coronel Leyzayola, es un gran hombre con honor y valor, me da mucho gusto verlo comprometido con la sociedad de tijuana, ojala que si al menos tuvieramos unos cuantos mas Leyzayola en México cambiaramos mucho nuestro país devolviendole la seguridad que se nos esta escapando. Saludos desde Campeche, Mexico.

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  2. Por favor señor Leyzaola. ¿A quién le quiere tomar el pelo? Un Sinaloense és un Sinaloense... Por más que trate de verse mejor, ya lo trai en la sangre, lamentablemente. "No me paro ahí (en las Pulgas), y seguramente todos los que van a bailar allí son delincuentes..? Qué manera tan educada de pensar sr. No sea bruto. Mejor pongase a trabajar dignamente y pare de hablar estupideses.

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  3. ke pendejada de komentaario el segundo! el primer komentario bien! ese señor si tiene webos para poder ponerse frente a essos kabrones ke matan! aweb0 leyzaola

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  4. que lamentable que hayan comentarios como el segundo, esta persona hade ser tipica prepotente que con una llamada piensa que soluciona todo, afortunadamente todavia hay personas con vocacion

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  5. pues alo que se menciona el tipo es una persona derecha y ace su trabajo y alparecer muy bien aun que algunos los perjudique y no les paresca lo que dice jajjaajaja

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